La piña y el desfiladero

Ajram y la cancelación

Veo en los últimos meses dos tendencias muy peligrosas que no son sino el mismo fenómeno: Por una parte, la sumisión bajo el término "liberal" de fachas varios, ultraconservadores homófobos y aporafóbicos y falsos ancaps de quince años que siguen a youtubers y leen libros de Ajram. Por otra, el llamar sin pudor socialcomunistas a gente que de comunista no tiene nada y de "social" va regulinchis, todo lo más se habrían considerado hace diez años socialdemócratas tirando a tibios. Tenemos así por una parte la pretensión de criminalizar un auténtico -y escaso- liberalismo, pretensión aceptada por estos pseudoliberales con auténtico entusiasmo -porque les permite liberarse de la caspa fascistoide de sus tonterías-, mientras por otra cunde la idea de que tímidos intentos de recuperar determinados derechos para la ciudadanía forman parte de una conspiración para instaurar un régimen comunista - bolivariano - sorosista - cubazuelano - del - norte. Y en esta onda siembran y recogen tanto los miserables franquistas de toda la vida como los artífices del posmodernismo más reaccionario. Seamos serios y no nos unamos a estos discursos de mierda. La gravedad del pecado es muy superior a la intensidad de la tentación.