La piña y el desfiladero

El Marshal

El pelo de Timothy Olyphant en el primer capítulo de la segunda temporada de The Mandalorian me reconcilia con la vida. Está más allá de el de Waititi, más allá de cualquier perfilado hipster. Está integrado con la vida, con la madurez, con el desmañado atuendo. El pelo de Olyphant en El Mandaloriano consigue incluso neutralizar la fealdad de una perilla inopinada. Ese pelo absorbe reuniones en Wall Street, aventuras en un pueblo minero de Tatooine y clase de Filosofía en la Sorbona. Vivir para acabar teniendo ese pelo.