La piña y el desfiladero

Mi vecina quiere ser libre

Mi vecina quiere ser libre. Me lo dijo ayer, después de que su perro (suelto) atacase a mi perro (atado) por enésima vez.

Hace meses que cuando salimos con el perro por el barrio tenemos que andar con mil ojos porque la mujer, que quiere ser libre, ha decidido, desde su libertad, llevar a su perro sin correa. El perrico ya ha estado a punto de causar múltiples accidentes de tráfico, porque es tal el odio que le tiene a mi animal que cuando lo ve cruza la calle sin ningún tipo de preocupación. El pobre también quiere ser libre, dejar rienda suelta a su instinto... La mujer, que tiene colgada de su balcón una bandera de España con un lazo negro y la leyenda "Pedro Sánchez Asesino" o alguna sandez similar, me explicó que ella es libre para llevar al perro suelto, que a ella nadie le dice lo que tiene que hacer.

Su pobre perro, que también quiere ser libre, como hemos dicho, se ha llevado ya tres o cuatro revolcones porque es la mitad que el mío, que es un Jack Russell al que le encabrona mucho que alguien quiera disputarle su puesto de rey del barrio (NOTA: No lo es). Pero como el chucho es libre en su falta de libre albedrío, ahí sigue, insistiendo en su instinto para poder ser el macho alfa de estas cuatro calles (aunque es hembra).

Su dueña quiere ser libre para dejar que a su perro lo atropelle un coche, o que alguien se haga daño al intentar esquivarlo. Quiere ser libre para que su querido animal resulte herido de gravedad en una refriega. Nadie tiene que decirle lo que tiene que hacer con su perro, porque es libre.

Mi vecina también fuma en plena pandemia donde le apetece, y ya le han dicho un par de veces en el supermercado que si se le olvida la mascarilla no puede entrar, con los consiguientes lloriqueos sobre la libertad. Pega la hebra con quien le deja, hablando de la conspiración de los rojos para matar a los viejos con el COVID. Eso, claro, los días en los que no está diciendo que eso del COVID no existe.

Yo, que también quiero ser libre, estoy deseando poder grabar uno de esos ataques para denunciarla y que me deje en paz, pero tengo las manos demasiado ocupadas en impedir que mi perro le arranque la cabeza al pretendiente a macho alfa (hembra). Quizás mi concepto de libertad es bastante diferente del suyo.

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